Steven Covey, el autor del libro “los 7 hábitos de las personas altamente efectivas” expresa que una de las características de los líderes, es que prematuramente tuvieron que hacerse cargo de asuntos, proyectos y desafíos. Para los que no estaban preparados “la tarea no les quedaba grande… les quedaba inmensa”. Esta característica fácilmente puede adaptarse a la paternidad.
El autor redacta cómo tuvo que enfrentarse a esta responsabilidad con tan solo 17 años y cómo esto lo convirtió en un gran líder. De la ardua encomienda de ser padre, se puede destacar ciertas características que llevadas a la vida profesional colaborarán para mejorar el estilo de liderazgo, te decimos algunas:
1.-Las grandes tareas no se pueden realizar solo
El criar a un hijo es un trabajo en equipo, con la madre en muchas ocasiones, o una figura materna. Junto con el centro educativo e incluso con la confianza puesta en profesionales en cada rama de la crianza física y psicológica. Esta confianza de dejar a tu hijo en brazos de alguien más, se puede comparar con dejar un gran proyecto en manos de gente de tu confianza y saber que va a salir adelante.
2.-La importancia de estar siempre presente
Ser papá es el más grande proyecto de vida, que requiere un alto porcentaje de tu atención. En la vida laboral, un gran proyecto, aunque no dependa 100% de ti debe estar bajo tu tutela y vigilancia.
3.-La disciplina es la base
Al igual que en la crianza de un hijo, sembrar con disciplina valores en su nueva persona es comparable con establecer rutinas, actividades, horarios y responsabilidades con tu equipo de trabajo, todos bajo un concepto claro de la disciplina que quieras manejar.
4.-Los líderes no siempre tienen que caer bien
¿Quién no recriminó alguna vez a su padre? Con el tiempo y la perspectiva las prohibiciones y peleas, pasan a ser lecciones y valores. Al igual que un líder con su equipo, no siempre tiene que decir que sí.
5.-Aunque tengas todo claro, igual puedes fallar
La frase “nadie te enseña a ser padre” es cierta, aunque des tu mejor esfuerzo siempre puedes fallar y herir a tus hijos, lo importante, no es nunca fallar sino saber pedir disculpas y confiar en ellos.
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