Cuando un país entra en una recesión o contracción económica, las primeras en sufrir son las empresas que dependen de ese mercado. Una medida que deben tomar las organizaciones es el despido masivo y eso afecta el clima laboral.
Ahora bien, el recorte de personal es una acción natural a las compañías; el problema es que cuando se hace de manera masiva y sin comunicación previa, auténtica y comprometida con el bienestar del empleado, afecta el clima y construirlo es algo que requiere tiempo y recursos, explica el analista de RR.HH. Miguel Sanchez.
El clima laboral es un intangible que se estructura con la dinámica de la organización, del entorno y de los factores humanos. Muchas firmas e instituciones reconocen que su activo fundamental es el factor humano y para estar seguros de la solidez de este recurso, las organizaciones requieren mecanismos de medición periódica de su Clima Organizacional que va ligado a la motivación del personal.
Cuando ocurre un despido esto se esfuma. Para Sánchez, en este caso lo que debe hacer la empresa es reconocer que algo está pasando. Además, es clave evitar que los que quedan en el trabajo estén sobrecargados con las funciones de los que se fueron, porque o sino el clima sufrirá un tremendo revés.
Estadísticamente se ha comprobado que uno de los grandes generadores de estrés en las personas corresponde a las situaciones asociadas al cambio. Por ello, cuando éstos ocurren en el lugar de trabajo, los empleados puedan alterar su desempeño y se vean descontentos y desmotivados. Y es precisamente el despido de los compañeros de trabajo el que causa agotamiento, clima laboral tenso y comportamientos conflictivos.
Si el despido es un hecho, la empresa debe afrontar la situación teniendo planes de acción y de comunicación. Uno de los más eficaces es hacer un programa de coaching para enseñarle a los empleados -quienes serán despedidos- a buscar sus fortalezas y emprender su propio negocio; así aportarán a que la crisis termine. En este proceso es clave que el gerente de recursos humanos conozca la aptitudes, metas y pasiones de cada empleado para proponer ideas personalizadas en vez de un discurso robótico.
En cuanto a los empleados que quedan en la empresa se debe transmitir confianza, incentivarlos por metas cumplidas, ayudarlos a crecer y a profundizar sus conocimientos. Quizá sea necesario reubicar a algunos para que cumplan otras funciones. Una vez que los cambios se han asumido, la aceptación de las nuevas responsabilidades se realizará con grandes probabilidades de éxito si los empleados interiorizan que se está haciendo todo lo humano y racionalmente posible para mantener a flote la empresa y que lo que menos se quiere es sacrificar más puestos de trabajo.
Si la comunicación es efectiva, los empleados aceptarán el reto y la sobrecarga laboral como un equipo que está luchando por su empresa. El clima laboral es un activo clave en la organización y con una buena comunicación, los despidos no afectarán este activo vital.
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