Un empleado llegó casi en estado de embriaguez a la empresa donde trabajaba y durmió la borrachera en el sillón de su oficina. A las 11:00 hora se levantó, retomó sus labores y salió de forma rutinaria. Esto no es ficción, ocurrió en una empresa de tecnología en la que no hay restricción sobre estos temas, explica una de sus colaboradoras. Allí mismo, los viernes es frecuente que los empleados y directivos tomen bebidas alcohólicas fuertes en las instalaciones de la empresa, lo que ha generado inconvenientes.
Hay que saber diferenciar de qué es un comportamiento sano como tomar unos vinos o cervezas de manera sana y embriagarse. No es lo mismo y eso debe aclararse al momento de estructurar el código de ética y comportamiento.
Este no es un caso aislado, estas situaciones son comunes en pymes y microempresas. ¿La razón? Son emprendimientos que nacen con un dueño y un par de empleados y mientras crece la firma –y va teniendo éxito- la confianza y cariño se mezcla con situaciones inadecuadas como embriagarse juntos. Cuando se contratan más empleados esta situación sigue y se convierte en algo normal.
Lo cierto es que este tipo de situaciones no son síntoma de confianza, sino la fórmula para afectar la empresa. Por eso es importante fijar el código de conducta desde el inicio. Es decir, prohibir tomar en las instalaciones; no llegar en estado embriaguez o de malestar por alcohol; no tener relaciones amorosas entre empleados; y lo que pueda afectar la dinámica corporativa.
Es clave manejar la empresa, por más pequeña que sea, como una corporación; delinear estas reglas de forma escrita y dar una inducción a los nuevos empleados para que sepan qué faltas no cometer y las consecuencias que tendrían estas faltas, indicó Renato Ortiz, gerente de Evaluar.com, en una capacitación a gerentes de recursos humanos.
Con las líneas de ética y comportamiento de la empresa bien definidas es más fácil evitar la Delincuencia Laboral y mejorar el ambiente en la empresa. Incluso, los mismos empleados fomentarán el buen comportamiento.