Las empresas tienen claro qué buscan, los objetivos que planean trazar y la clase de personas que quieren reclutar. Es por ello, que en los últimos años diversas organizaciones no solo han decidido aliarse con consultoras o agencias que los guíen en algunos procesos, también han visto por conveniente implementar herramientas y ser rigurosos con el perfil de los colaboradores que integran sus filas.
Según un estudio realizado por evaluar.com, el factor emocional es uno de los más solicitados por la mayoría de organizaciones a la hora de seleccionar su personal. Dentro de este grupo, se puede hallar la resiliencia. Esta nueva tendencia de contratar personas resilientes se debe a que dicha competencia permite hacer frente a las adversidades, e incluso salir fortalecidos de ellas.
La investigación mencionada se enfocó en conocer el desarrollo de las habilidad blandas en Lima tomó una escala de evaluación del 1 al 10, obteniendo en líneas generales que la resiliencia está ubicada en el cuarto lugar según demanda dentro de las competencias emocionales más solicitadas por los clientes. Esta investigación se pudo dar a cabo gracias a los datos obtenidos por el filtro de competencias del producto de reclutamiento y selección de evaluar.com
Para comprender en planos generales la resiliencia, es necesario acotar que es una solicitud constante en el ámbito laboral porque las empresas consideran tener trabajadores que afronten los problemas con serenidad, lo cual, independientemente del resultado, conduce a un aprendizaje, interiorizando alguna situación no contemplada.
Cabe destacar que las personas resilientes suelen ser personas ecuánimes, focalizadas en sus acciones durante momentos complicados y son buenos tanto influyendo en los demás como orientando un equipo hacia buenos resultados.
Sabiendo qué significa el término resiliencia, podemos intuir la razón por la que esta competencia así como la Inteligencia Emocional ha comenzado a ser relevante a la hora de contratar personal. Su importancia en la búsqueda de candidatos con este plus sin embargo, comienza por los años 2000 y no cabe duda que su necesidad se fue incrementando en el tiempo.
El desarrollo tecnológico, industrial y económico conduce a las organizaciones a enfrentar situaciones de competitividad bastante exigentes. Por esa razón, los profesionales deben estar preparados para afrontar circunstancias frustrantes y complicadas de una manera positiva, constructiva y creativa. Es decir, cultivar la resiliencia, de esa forma la probabilidad de estar en la mira de las empresas es mayor.
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